miércoles, 22 de junio de 2011

Un golpe de muerte a la enseñanza memorística

Se ha ensayado con éxito, por ahora en ratones, la implantación de un chip de memoria. Evidentemente esto no suprime como afirma la nota, el proceso de aprendizaje, sino una manera de recordar, que dista bastante de lo que entendemos por aprender. Es para ir tomando nota de las consecuencias que puede arrojar para el sistema educativo. Podríamos anticipar que la primera será prohibir tales dispositivos, tal como se ha hecho tradicionalmente con las calculadoras y luego celulares. Pero en un segundo momento pondrá de lleno la cuestión de cómo manejar dicha información, qué hacer con ella. Quizás lo más potente sea que lo que siempre ha estado con nosotros ahora pueda ser objetivado y visto externamente.



Científicos crean el primer chip de memoria implantable

Suena a ciencia ficción pero es real. Lo que tantas veces hemos visto en la gran pantalla, podría resultar en un selectivo proceso quirúrgico. Nos referimos a la implantación directa de conocimientos en el cerebro, convertir nuestra materia gris en un disco duro donde almacenar cualquier información.



Suprimir el proceso de aprendizaje de un plumazo tendría impensables consecuencias sociales, aunque tal suposición rice el rizo de un avance que, por el momento, se ha demostrado exitoso en su investigación con roedores.

Dejémonos pues de futuros en que los implantes de memoria se trafiquen cual droga y soñemos con la sustancial mejora de la calidad de vida que la innovación podría traer consigo a quienes padezcan enfermedades relativas a la pérdida de memoria, como el Alzheimer.

Científicos de la Viterbi School de la Universidad del Sur de California, liderados por el Doctor Theodore Berger, han conseguido crear un chip protésico que puede implantarse en el cerebro para la transferencia de habilidades mnemotécnicas mediante el uso de electrodos.

El chip alberga señales neutrales que funcionan a modo de memoria electrónica. Ésta fue manipulada e implantada a varios grupos de ratas, de tal manera que recordasen el camino a seguir en un laberinto (o no) con tan sólo apretar un botón: el que activaba o cesaba el estímulo del chip en cuestión. Dicho de otro modo: pudieron controlarse los recuerdos de cada sujeto experimental tras su previa inserción.

Activa un interruptor y las ratas recordarán. Desactívalo y olvidarán. El estudio demuestra por primera vez que, con la suficiente información sobre el código neuronal de los recuerdos, una prótesis neural capaz de identificaciones en tiempo real y la manipulación del proceso de codificación, podemos reestablecer e incluso potenciar los procesos de cognición mnemotécnica.

El siguiente paso del equipo es investigar con monos, intentando dar con resultados similares. La experimentación con humanos ya es otro cantar, pero como suele decirse, todo se andará.

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